jueves, 3 de septiembre de 2009

¿Qué es la filosofía? (Según Deleuze)

Cuando alguien pregunta qué es la filosofía se hace difícil dar una respuesta clara. Al final se acaba dando una respuesta superficial y además muy parcial de lo que es la misma.
La respuesta de Deleuze es quizás la más complicada y abstracta de todas las que he visto hasta ahora. Con lo sencilla que es la respuesta del RAE:
"Conjunto de saberes que busca establecer, de manera racional, los principios más generales que organizan y orientan el conocimiento de la realidad, así como el sentido del obrar humano".
Observemos la definición de Deleuze:
"La filosofía es el arte de formar, de fabricar, de inventar conceptos. Con mayor rigor es la disciplina que consiste en crear conceptos".
Pero la idea fundamental de la obra de Deleuze, la idea central es la idea de Caos. El Caos es un vacío que no corresponde a la nada, es un virtual que contiene todas las partículas posibles provocando todas las formas posibles que surjan, para así hacerlas desaparecer enseguida, sin consistencia ni referencia, sin consecuencia. Es lo infinito, lo indiscernible, lo indeterminado. El pensamiento presenta una lucha constante en dos direcciones: contra el caos y contra las opiniones. El Pensamiento se enfrenta al Caos bajo tres formas diferentes: la filosofía, el arte y la ciencia.Él las llama las tres Caoídeas:
- La filosofía se enfrenta al Caos construyendo conceptos, mediante personajes conceptuales sobre un plano de inmanencia.
- La ciencia se enfrenta al Caos construyendo functores, mediante observadores parciales sobre un plano de referencia.
- El arte se enfrenta al Caos construyendo perceptos y afectos mediante figuras estéticas sobre un plano de composición.
Estos tres ámbitos a los que se enfrenta el Pensamiento ocupan el mismo lugar. No hay un saber primero, uno segundo y otro tercero.
Voy a centrarme en el concepto de filosofía, concepto en el que son clave ideas como son los propios conceptos, el plano de inmanencia y los personajes conceptuales.
¿Qué es un concepto?, ¿qué es el plano de inmanencia?, ¿quienes son los personajes conceptuales?, paso a continuación a hacer un breve comentarios sobre cada uno de ellos.
Conceptos
Como dije con anterioridad la filosofía es el arte de construir conceptos. (Me doy cuenta de lo difícil que es explicar esto ya que en la misma definición de las ideas principales surgen otras ideas incompatibles. Por ejemplo en la propia definición de filosofía aparece la palabra arte, y antes expuse como se enfrentaba el arte al caos. Que además era de forma diferenta a la manera que tenía de enfrentarse la propia filosofía).
Los conceptos son entonces el producto de la filosofía. El filosofo tiene que inventarlos o crearlos. Los crea a partir de otros conceptos y además está formado por conceptos con los que tiene que haber una endo consistencia. Por ejemplo el Yo de Descartes tiene tres componentes: Dudar, Pensar, Ser. (Pienso, luego existo). Yo que dudo, no puedo dudar de que pienso, pero pensar hay que ser. Es decir, entre los conceptos se establecen zonas de proximidad. Esta relación de inseparabilidad entre componentes heterogéneos según zonas de proximidad es lo que caracteriza la endoconsistencia.
El concepto es el punto de coincidencia entre sus componentes. Deleuze lo define por la inseparabilidad de un número finito de componentes heterogéneos recorridos por un punto de sobrevuelo absoluto, a velocidad infinita. Es absoluto como tatalidad pero relativo en cuanto fragmentario.
El plano de inmanencia
Dice Deleuze: "El plano de inmanencia no es un concepto pensado ni pensable, sino la imagen del pensamiento, la imagen que se da a sí mismo de lo que significa pensar, hacer uso del pensamiento, orientarse en el pensamiento".
Vayamos por partes. La filosofía además de construir conceptos debe establecer un plano de inmanencia sobre el Caos. El concepto es el inicio de la filosofía pero el plano es su instauración, que constituye el suelo absoluto de la filosofía. Se trata de un plano de interacción donde se presentan los conceptos. Es una condición de posibilidad para que surja la filosofía. Un plano de inmanencia que recorre incesantemente movimientos infinitos en dos direcciones: uno llevará al Nous, la otra a la Physis. El plano de inmanencia es lo que tiene que ser pensado y no puede ser pensado, lo no pensado en el pensamiento, inmanente en cada plano, pensable pero que no llega a ser pensado.
Personajes conceptuales
Retomemos una la cuestión fundamental: "La filosofía quiere salvar el infinito dándole consistencia: ella traza un plano de inmanencia que lleva al infinito los acontecimientos o conceptos consistentes mediante los personajes conceptuales".
Es decir los personajes conceptuales son los que llevan al infinito los acontecimietos o conceptos. El filosofo entonces debe crear también estos personajes para cumplir precisamente esta función. Sócrates o Zaratustra serían personajes conceptuales. ¿Serían entonces el mediador entre el filósofo y el caos, el interlocutor?. Claro, serían el pseudónimo del propio filósofo. El filósofo los imagina y son por tanto los verdaderos artífices de la filosofía.
Con esto Deleuze recupera las tres propiedades tradicionales del alma: razón, imaginación y entendimiento. La razón trazaría el plano de inmanencia, la imaginación inventará los personajes conceptuales y el entendimiento sería el encargado de construir conceptos. El gusto sería una cuarta propiedad que sintetizaría las otras tres y sería el motor que impulsa al filósofo a crear una filosofía original.
Como conclusión y para terminar, aunque quedan muchos puntos por aclarar resaltar las siguientes cuestiones:
La ciencia, el arte y la filosofía se enfrentan al caos independientemente con estrategias diferentes: la filosofía pretende dar consistencia al caos manteniendo lo infinito, la ciencia intenta dar referencia al caos renunciando al infinito para ello y por último el arte, construyendo realidades finitas(monumentos) reintroduce con ello lo infinito. Por tanto la filosofía no se entiende por referencia al arte y a las ciencias, no es concebida como un saber de segundo grado, sino que es un saber construido a la misma escala que los científicos y artísticos que se entienden por referencia al caos. Ciencia, arte y filosofía serían tres modos independientes de igualmene válidos de enfrentarse al caos. Esta caracterización de la filosofía respecto al arte y a la ciencia hacen del constructismo pretendido por Deleuze una gnoseología de tintes idealistas.

Teorial social del conocimiento en Habermas

Habermas plantea una teoría social del conocimiento, esto es una teoría del conocimiento basado en la sociedad o en los usos sociales y no en individuos aislados.
Cuatro son las cuestiones fuendamentales del pensamiento de Habermas, las cuales no pueden ser estudiadas de forma aislada por la relación que guardan unas con otras.
-Noción de giro lingüístico.
-Teoría de la acción comunicativa.
-La cuestión de la justificación y la verdad.
-La cuestión del realismo.
Además tres son los filósofos que más han influido en su pensamiento: Wittgenstein, Shutz y Gadamer.
Si consideramos que el centro del pensamiento de Habermas es la teoría social del conocimiento hay una cuestión que está en relación directa con ésto y que nos caracteriza: el lenguaje.
Pero antes de comenzar hay que puntualizar que son dos las preocupaciones fundamentales que mueven el pensamiento de Habermas:
- La cuestión ontológica del naturalismo: como hacer compatible la normatividad, que emana del mundo de la vida estructurado lingüísticamente con la contingencia del desarrollo natural e histórico de las formas socioculturales de vida.
- La cuestión epistemológica del realismo: conciliar el supuesto de un mundo independiente de nuestras descripciones e independiente de cualquier observador con la idea-aprendida de la filosofía del lenguaje- de que no disponemos de un acceso directo, no mediado por el lenguaje, a la realidad "desnuda".
Habermas advierte que la sociología, desde Durkheim hasta Parsons se ha sostenido en los pilares de una relación separada entre el sujeto cognoscente y el objeto cognoscible. A partir de esa relación se construye el mundo. El problema o las deficiencias que Habermas observa en esta tipo de posturas no es otra que la falta de explicación sobre las relaciones entre los sujetos o la aparición de la cultura e incluso la personalidad.
Esta separación ontológica entre sujeto y objeto hace que se cree un Paradigma del conocimiento puramente instrumental. Habermas rompe con este Paradigma. Abandona esta filosofía y se adentra en la corriente pragmática de la filosofía del lenguaje, el denominado giro pragmático.
En líneas generales el Pragmatismo lingüístico se basa en que lo realimente importante del lenguaje no es la sintaxis, ni la semántica, sino el uso que se hace del mismo. El lenguaje se aprende mendiante la relación intersubjetiva de los sujetos y mediante el uso que hacemos del mismo en contextos de acción.
Esta acción intersubjetiva será la base para una racionalidad no instrumental que fundamentará todas las teorías posteriores respecto a la verdad, la moral y el realismo.
Ya que no voy a tener, de momento, el tiempo suficiente para escribir todo lo que quisiera, me voy a centrar en el apartado más importante, que aunque lo trato de forma separada está lógicamente entrelazado con todos los demás puntos de la teoría de Habermas.
Teoría Consensual de la Verdad.
Cómo suele ocurrir en las exposiciones de los grandes filósofos, éstos plantean sus teorías partiendo de un diálogo crítico con alguna o algunas filosofías con las que se muestran en desacuerdo. El diálogo crítico que sirve de punto de partida a Habermas es precisamente la Teoría Crítica de la Sociedad de Horkhemer y Adorno.
Entre los déficits que plantea Habermas a dicha teoría se encuentra el concepto de Verdad. Habermas en lugar de fundamentar la Verdad en la dimensión instrumental de la Razón, halla su fundamentación en un modelo de acción social orientada con base en elementos no instrumentales sino práctico-morales.
Habermas hace unas distinción fundamental entre hechos y cosas:
- Son hechos los estados de cosas en el mundo que pueden ser afirmadas en proposiciones que hacen referencia a objetos.(Es un hecho que estoy viendo una ventana; esto es un hecho, que lo afirmo con una proposición y que hace referencia tanto a mí como a la ventana).
- Son cosas las experiencias que tenemos de los hechos, objetos nacidos de la experiencia y que son sujeto de afirmaciones.(ventana es una experiencia que tenemos del hecho de estar viéndola y es sujeto de afirmación porque la estoy viendo).
Aquí es donde empieza el fundamento de la argumentación:
Los enunciados afirmativos son verdaderos si se corresponden con los hechos. Y al ser referidos en forma de objetos, están filtrados necesariamente por el lenguaje.
A participar en una interacción comunicativa hablamos acerca de hechos filtrados por el lenguaje, por la experiencia lingüística, hablamos de cosas.
En un proceso discursivo se , los participantes mantienen sus pretensiones de validez basándose en razones que le llevan a afirmar cualquier cosa acerca del mundo, en sus experiencias de los objetos.
Toda experiencia conlleva una interpretación por parte del que lo percibe y esta interpretación es lo que fundameta las razones en el discurso lo que le llevará a los sujetos a establecer consensos acerca de sus experiencias del mundo.
Concluyendo, Habermas sustenta así un Concepto Consensual de la Verdad:
a.- La verdad no es una propiedad de los objetos sino de los enunciados por lo que se funda en razones y no en experiencias.
b.- La verdad es intersubjetiva. Los sujetos pueden cuestionarse mutuamente las pretensiones de verdad.
c.- La verdad de un enunciado se fundamenta en un consenso racional que con base en argumentos puedan alcanzar los sujetos involucrados en un contexto de acción.
Algunos conceptos fundamentales que desarrollaré con posterioridad son:
- Situación ideal del habla.
- Validez discursiva.
- Verdad por Argumentación=acuerdo comunicativo.
- Círculo mágico del lenguaje.
- Entrelazamiento entre lenguaje y realidad.
- Intersubjetividad detranscentalizada del mundo de la vida.
-Racionalidad discursiva y reflexión.
- Racionalidad epistémica.
- Racionalidad teleológica.
- Racionalidad comunicativa.
-Praxis social de la comunidad lingüística.
- Consenso valorativo.

lunes, 31 de agosto de 2009

Sentido de la vida

La cuestión del sentido (sentido de la vida humana) es una de las partes en que puede dividirse la Teodicea, que a su vez forma parte de la Metafísica.
Preguntarse por el sentido que tiene la vida de cada uno se puede convertir en un asunto de profunda preocupación sobre todo en épocas donde uno tiene que afrontar problemas y no encuentra respuestas a interrogantes como el mal, la muerte o las desgracias humanas.
Voy a empezar por el final. Francisco José Martínez Martínez en su libro editado por la uned con el nombre de Metafísica. Termina con estas palabras: "Hay sentido, pero quizás no para nosotros, y por ello debemos construir un simulacro de sentido, que es a lo más que podemos, a lo mejor aspirar". Aunque luego volveré a esta cita, simplemente comentar ahora la noción de simulacro. Si ya de entrada nos insinúa que no hay sentido, ¿para qué entonces habrá que construir un simulacro?, pero ¿al construir un simulacro, no estaremos simulando un simulacro? De esta manera creo que entramos en un círculo vicioso difícil de solucionar.
De repente, de forma instantánea aparecemos en el mundo, de repente y de la misma manera desaparecemos de él. (Para mí la muerte es como un sueño eterno en el que no despiertas, de forma que estás muerto para los demás, pero tú no eres consciente ya de tu desaparición). Preguntarse por el sentido de la vida es equivalente a la pregunta del por qué de nuestra existencia, una existencia que al ser individual hace que la pregunta por el sentido de la vida sea también una cuestión muy personal.
Aquel cristiano con fe tiene la "papeleta resuelta". No tiene que preguntarse por nada, todo lo tiene resuelto y el sentido de su vida la sitúa en el más allá. Pero claro, bajo mi punto de vista el situar el sentido de la vida en el más allá hace que la propia vida carezca de sentido, pues te conviertes en un ser pasivo, reactivo y en constante espera. Lo mismo ocurre con el Islamismo o con el Budismo. ¿Qué nos ocurre entonces a los que no hemos sido iluminados por esa fe?, ¿donde buscar el sentido? Una vez escuché que la felicidad consistía en el ignorancia, en el no preguntarse aquellas cuestiones que pueden perturbarnos y hacernos infelices. Pero mientras que la vida trancurre con normalidad, pasan los años inmiscuidos en nuestras rutinas diarias y no nos preguntamos por el sentido de la vida cotidiana. El problema viene, como dije al comienzo, cuando aparecen circunstancias que rompen esa cotidianidad. Pueden ser momentos de cambio histórico, enfrentamientos con otros modelos de vida o culturas, graves injusticias o la muerte. Yo creo que esto último, la muerte es la fuente principal de la pregunta por el sentido de la vida. La muerte hace que nos tomemos en serio la vida. Pero esta desaparición es el sinsentido más grande que puede experimentar el ser humano. Si aparecemos de la nada y luego al poco tiempo desaparecemos, ¿qué sentido tiene esta permanencia? Tal como decía Unamuno: "Dios viene a resolver nuestro íntimo problema vital; el hambre de inmortalidad".
Vuelvo otra vez sobre el tema que más me preocupa, si el sentido no puede estar en la vida cotidiana, ni tampoco se encuentra en Dios, habrá que buscar y buscar otro tipo de soluciones.(Quizás el simulacro sea simplemente la búsqueda).
Algunos filósofos ven la religión desde otro punto de vista, desde el punto de vista del no creyente. De esta forma intentan recuperar el sentido perdido: "El sentido total sólo es posible basándolo en la noción de Dios, que es proyección de nuestras añoranzas y no de nuestras certezas. Como dice Horkheimer: el conocimiento del desamparo del hombre es sólo posible mediante el pensamiento de Dios, pero no mediante la absoluta certeza de Dios." El hombre proyecta sus añoranzas, sus ansias de eternidad, en algo sobrenatural que está por encima de él.
¿Puede haber una respuesta a la pregunta por el sentido de la vida sin fundamentación teológica? Si es así, sebe ser una respuesta que aspire también a la idea de justicia plena basada en una ética que intente llegar a la misma. Contendrá, eso sí, una esperanza terrena y por tanto sin trascendencia en el más allá.
Este tipo de respuesta la han dado autores tales como Espinosa, Nietzsche, Goethe o el propio Marx. Espinosa por ejemplo concibe la gloria como la costrucción e una comunidad de hombres sabios, libres e iguales, unidos entre sí y con la naturaleza mediante el amor a la totalidad del universo. En el plano individual la clave de esta ética es la construcción por parte del individuo de una personalidad que desarrolle al máximo sus posibilidades físicas, intelectuales y anímicas.
El concepto de comunidad de Espinosa me da pie a pensar si el sentido puede encontrarse en la historia de esta comunidad. De si hay esperanza en que la historia futura dará sentido al presente o si incluso el presente dota de sentido a la historia pasada.

lunes, 24 de agosto de 2009

El problema del mal

Uno de los asuntos fundamentales de la metafísica es el problema del mal.
De entrada habría que considerar qué es el mal o en qué consiste. Bueno, sin entrar en detalles que alargarían, como siempre me suele ocurrir, el tema en cuestión la definición que creo más acertada es aquella que la sitúa como antónimo del bien.
Está claro que el problema del bien y del mal es el fundamento de la moral, moral que ha llegado a nosotros fundamentalmente mediante la tradición religiosa.
No es nada fácil tratar este tema debido a que no se debe intentar encontrar una solución unívoca a este tipo de cuestiones. Hay algunas cuestiones generales, a la vez que sumamente importantes, que pueden servir de punto de partida y de marco común para compatibilizar las diferentes tradiciones religiosas y culturales sin caer en debates interminables. Este marco puede partir del concepto de "dignidad humana", así será malo y por tanto será una manifestación del mal todo aquello que se aparte de dicho concepto, mientras que lo bueno será todo lo que lo potencie y lo desarrolle.
Relacionado también con este tema es la cuestión de la libertad humana: ¿tiene el hombre libertad para hacer el bien o el mal?Comenzaré con una visión del mal típica de nuestra tradición cristiana-occidental para continuar con el análisis de las raíces sociales y económicas del mal desde una visión que no considera éste ni como una limitación metafísica de las criaturas, ni como producto del libre albedrío del ser humano, sino como el resultado no querido de las acciones humanas en contextos sociales, políticos y económicos históricamente determinados, como el producto de malos encuentros entre fuerzas que, en principio, son todas positivas y por lo tanto buenas.

La consideración ontológica del mal
La cuestión es la siguiente: ¿tiene el mal carácter ontológico o por el contrario se limitaría simplemente a ser una carencia de bien?
Habría que distinguir en primer lugar tres tipos de males, estos son el mal metafísico, el mal físico y el mal moral.
En cuanto al mal metafísico, si a éste se le considerara como una ausencia de bien, no tendría entidad propia, es decir sería un no-ser o la nada. Sería simplemente la desviación del bien. Pero veamos, imaginemos un mal físico o moral, como podría ser atentar contra otro ser humano, ¿es esto ausencia de bien o tal vez sea hacer el mal? Si es hacer el mal está claro que sí que tendría una entidad propia puesto que supone una acción, una acción que lleva el mal en sí.
¿Es posible aceptar la filosofía Leibnizniana en el sentido de que estamos en el mejor de los mundos posibles? ¿Puede ser justificado el mal local con fines a un bien mayor y general?(cuidado con esta suposición utilizada con mucha asiduidad en política como justificación para realizar las mayores atrocidades).
En mi modesta opinión creo que el mal forma parte, al igual que el bien de la condición humana. Suponiendo la libertad humana para realizar acciones tanto buenas como malas, la maldad forma parte de su condición natural. Lo que ocurre es que es el propio hombre el que determina y clasifica lo que está bien y lo que está mal, es decir amolda a sus propias estructuras mentales y vivenciales lo bueno y lo malo. Ejemplo de esto último pueden ser las catástrofes naturales, ¿son buenas o malas?. La naturaleza carece del valor de bueno o malo ¿es malo el león que se como a un cervatillo? Para el león que utiliza la carne para su supervivencia sería bueno, pero para la madre cierva o el cervatillo el león puede corresponderse con un ser maligno.(Todo esto suponiendo, que lo dudo, que el mundo animal tenga valores).
Desde el punto de vista de nuestra tradición cristiana occidental, los conceptos de bien y mal están directamente relacionados con el vicio o la debilidad moral humana. Por esta razón el legislador religioso hace necesario el estipular las tablas de la verdad moral y delimitar el bien del mal. Como el ser humano es un ser imperfecto, débil y limitado, sumido en múltiples tentaciones, no queda otro remedio que dictar unas normas que, en caso de no ser cumplidas desatarán la ira divina. Esa ira de Dios es lo que haría al hombre actuar de manera adecuada.
Entonces, ¿el hombre tiene las mismas posibilidades de actuar de acuerdo y conforme al bien que al mal? ¿de donde vienen entonces los males o la maldad humana? Esto está relacionado de forma muy estrecha con el siguiente apartado.

Raíces sociales, económicas y políticas del mal.
Partiendo entonces de la premisa según la cual el mal existe al igual que existe el bien, y que sabemos en líneas generales que significa el hecho de hacer el bien o el mal, ¿de dónde proviene la maldad humana?
Voy a partir por ejemplo de la teorización expuesta por Rousseau: éste centraliza la fuente del mal en la desigualdad. Pero esta desigualdad es consecuencia de las estructuras sociales y de la propiedad. Está convencido de que el hombre es bueno por naturaleza y por ello tiene propensión innata a realizar el bien. Es la sociedad la que pervierte al hombre. Según este eminente filósofo el hombre aislado en la naturaleza, solitario, antes de instituirse la sociedad era un ser bueno (todo ésto es una reconstrucción teórica irrealizable). Sin embargo, bajo mi punto de vista, encuentro un tanto paradójico que estando el hombre en la naturaleza existiese el valor de lo bueno y lo malo, ya que como dije con anterioridad la naturaleza carece de valores y constantemente se manifiesta la crueldad del mundo animal en su lucha por la supervivencia. Más bien estaría de acuerdo con Hobbes: Homo homini lupus est. Esto es, el hombre es un lobo para el hombre, el hombre es egoista y malo por naturaleza y necesita unas reglas de convivencia para vivir en sociedad. Sin estas reglas la convivencia sería imposible.
Desarrollos filósoficos afines a Rousseau pero con multitud de matices pueden verse en Marx, Freud y Nietzche. Pero antes de entrar a desarrollar el pensamiento que en cuanto al mal llevan a cabo estos filósofos me gustaría resaltar la opinión del gran Espinosa.
La teoría espinosista del mal parte de la consideración según la cuál la raíz de la dependencia y el sufrimiento humano está en las supersticiones. Nos dice que Dios ( la naturaleza) no puede ser la causa del mal porque el mal no tiene esencia. Estas supersticiones son entonces las fuentes del mal y considera a la religión como una un mero conjunto de supersticiones que, al aliarse con el poder político mantienen al ser humano oprimido y controlado por el miedo a represalias que puedan llevar a cabo seres o fuerzas sobrenaturales superiores a nosotros. Esta represión del ser humano produce un estado de frustración tal que le impulsan a ejercer el mal. El hombre es un ser frustrado y la sociedad controla de tal forma que, como apunta Freud provoca sentimiento de culpabilidad. Quizás la solución utópica sería intentar conocer más en profundidad la naturaleza y sus leyes, para de esta manera dejar de seguir creyendo en supersticiones.
Entonces podemos simplificar diciendo que el sufrimiento humano y por tanto la fuente del mal proviene de tres causas, estas son tal y como apunta Freud:
- El propio cuerpo humano, su naturaleza, su finitud, su limitación, su materialidad.
- El mundo exterior: la naturaleza y su desconocimiento, su caracter indomable.
- La relación con los demás seres humanos: el hombre hasta ahora se ha mostrado incompetente para la regulación de sus relaciones con los demás hombres.
En líneas generales Marx sitúa el origen del mal en el orden social, económico y político. Utiliza conceptos como alienación, sometimiento, propiedad privada, etc que hacen al hombre un ser esclavo y frustrado.(Esto en realidad no ha cambiado demasiado en la actualidad, pues únicamente hay que hacer alguanas extrapolaciones afortunadas y creo que resultaría acertado para nuestra sociedad).
No me extiendo más, de momento, porque me gustaría desarrollar más en profundidad las teorías de Nietzsche, ya que me parece que su pensamiento respecto al mal, la religión y la ética puede ser uno de los más afortunados e interesantes de los que he tenido la oportunidad de conocer.
Nietzsche es uno de los fílósofos más controvertidos de la historia de la filosofía. Pero esta controversia creo que es debida a tres razones fundamentales:
- La primera no es otra que el desconocimiento general de su obra. Este desconocimiento hace que se tenga sobre el mismo un conocimiento muy superficial que, debido a la dureza de su lenguaje, puede que se saquen conclusiones sobre e mismo que no le hacen justicia.
- La segunda razón estaría en la multitud de interpretaciones que se han hecho de su obra.
- Y dentro de esta multitud de interpretaciones se encuentra la interpretación realizada por el nazismo. Una interpretación con la única intención de justificar el holocausto intelectualmente.
Esto último ha producido un rechazo general de este autor.
Nietzshe parte de un supuesto fundamental que parte de la siguiente pregunta: ¿cuál es la razón que mueve al hombre a la acción, que le hace superarse, que la hace vivir y que además, como explicaré más adelante, le hace ser según la tradición un ser frustrado? Pues no es otra cosa que la VOLUNTAD DE PODER.
Cita de El Anticristo:

¿Qué es bueno? Todo aquello que eleva nuestro sentimiento de poder, la voluntad de poder, el poder mismo en el hombre.

¿Qué es malo? Todo aquello que se origina en la debilidad.
¿Qué es la felicidad? El sentimiento de cómo crece el poder, de vencer una resistencia. [...]
Los débiles y los malogrados deben perecer: principio primero de nuestro amor por los hombres. [...]


¿Qué es más dañino que cualquier vicio? El ejercicio de la compasión hacia todos los malogrados y débiles — el cristianismo...

Estas duras palabras, sin una profunda interpretación y un conocimiento profundo de la obra de Nietzshe (que yo todavía no poseo), pueden calificarse a primera vista de elitista, cruel y propias de una persona sin piedad ni ningún tipo de caridad.
Pero si una cosa creo que hay que tener clara es que Nietzshe produce una filosofía en la que potencia con rotundidad y sin cortapisas la dignidad humana en la tierra, que es donde tiene que estar, y no en el más allá. Afirma que el hombre es un ser superior que lucha no sólamente por sobrevivir, sino que instintivamente se mueve por la voluntad de transcender, de crear, de destruir y de alzarse por encima de los demás. El hombre debe ser fuerte, crear su sistema propio de valores y convertirse en el Superhombre. Un hombre activo creador y no un hombre reactivo que sitúa su vitalidad en la espera y por tanto en la improductividad.
El mal vendría entonces derivado de ese estado de infelicidad fruto de la frustración que en nuestra tradición cristiana hace que el hombre sea un ser débil. Todo el cristianismo ha basado sus tesis en la preparación para el mas allá, cuando lo único que tiene es el acá. Esto no deja de ser una simple estrategia de sometimiento por parte de las clases dirigentes.

sábado, 4 de abril de 2009

Límites del conocimiento

"¿Puede un sistema comprenderse a sí mismo? Si esta pregunta se refiere a la mente humana, entonces nos encontramos ante una cuestión clave no sólo para el pensamiento científico, sino también ara la filosofía y el arte. Investigar este misterio es una aventura qaue abarca las matemáticas, la física, al biología, la psicología y, muy especialmente, el lenguaje. El célebre científico Douglas R. Hofstadler abre para los lectores la puerta del enigma. Sorprendentes paralelismos ocultos entre grabados de Escher y la música de Bach remiten a las paradojas clásicas de los antiguos griegos y a un teorema de la lógica matemática moderna que estremeció el pensamiento del siglo XX: el de Kurt Gödel. Todo lenguaje, todo programa de ordenador, todo proceso mental, llega, tarde o temprano, a la situación límite de la autorreferencia: la de querer expresarse acerca de sí mismo. Surge entonces la emoción del infinito, como si dos espejos se enfrentasen, obligados a reflejarse mutua e indefinidamente."

Sinopsis de Gödel, Escher, Bach de Douglas R. Hofstadter.

¿Qué quiere decir Hofstadter con lo enunciado anteriormente? Lo expresaré cuando saque un poco de tiempo.